13.8.10

Educar a los marginadores

Sobre Hilaria Supa y la Comisión de Educación del Congreso

Los líderes del Apra y del fujimorismo en el Congreso decidieron que aquellos asuntos que a ellos les parecen secundarios, accesorios, postergables y, mejor aun, del todo olvidables, fueran a parar, todos juntos, a una misma comisión. El resultado fue la creación de la Comisión de Educación, Ciencia, Tecnología, Cultura, Patrimonio Cultural, Juventud y Deporte.

Como nadie en esos grupos quiso hacerse cargo de ella, la presidencia fue a dar a manos de una congresista de otra bancada, Hilaria Supa. Y ahora aparecen los serios observadores políticos a decir que ese nombramiento es una afrenta porque la congresista no está capacitada para ejercer el cargo, en vista de su escasa educación formal y su, según dicen, frágil conocimiento del español (la congresista Supa es quechuahablante).

En una columna de opinión, León Trahtemberg hace notar que esos mismos comentaristas no dicen esta boca es mía en las incontables oportunidades en que las presidencias de otras comisiones son puestas en manos de otros congresistas no especializados en los temas puntuales de dichos grupos de trabajo y hace notar, no sin agudeza, que hasta donde él recuerda Supa no cojea del pie de la inmoralidad y la corrupción que del que sí cojean tantos otros legisladores que ocupan cargos análogos.

Mi amiga Patricia del Río, en otra columna de opinión, alega que la crítica de los que se oponen al acceso de Supa al cargo puede ser vista, básicamente, como una forma de segregación o de marginalización contra una persona que proviene del campesinado andino quechuahablante y que lo representa. Poner a Supa en ese puesto, observa Patricia, es colocar allí a alguien que ha experimentado el lado más siniestro del sistema educativo peruano, es decir, precisamente, el de su casi imposible accesibilidad para los peruanos más pobres.

El problema, por supuesto, va mucho más allá de la coyuntura. El sistema político peruano es una democracia representativa abierta. El Congreso no es una conjunción de cuerpos especializados y por tanto sus miembros no son elegidos por su conocimiento técnico, científico o humanista. Si se respeta ese sistema, en el que se otorga participación, como debe ser, a todos los peruanos que cumplan los requisitos legales de edad, y no se exige ningún otro, no tiene sentido alguno criticar a posteriori el hecho de que ciertos congresistas accedan a ciertas comisiones.

Esto quiere decir que, incluso si se ejerciera perfectamente y en las condiciones más deseables, es decir, por ejemplo, en un Perú en el que el 100% de la población tuviera acceso real a la educiación escolar en su lengua natal y posibilidades objetivas de cursar estudios universitarios, aun así nuestros congresistas no serían electos en función de su conocimiento académico, sino en función de aquello que representan, aquellos a quienes representan y, inalienablemente, su experiencia de vida.

La congresista Supa, por ejemplo, puede no haber gozado del acceso a la educación del que, creo entender, han disfrutado la mayoría de los miembros del Congreso, pero tiene más contacto que cualquiera de ellos con varias experiencias que es absolutamente vital considerar si se quiere hacer algo práctico por democratizar nuestro sistema educativo: es una mujer autodidacta, es hablante de una lengua nativa distinta del español, y es alguien que tiene un conocimiento real de la forma en que nuestro sistema educativo actual conserva y promueve una organización social en que la lengua y la etnia deciden quién es central y quién es marginal.

Por supuesto, uno podría caer en el argumento ad hominem fácilmente: ¿quién de los que critican la elección de la congresista Supa es un especialista en educación? No es necesario llegar a eso y, además, como dije, el Congreso no es una conferencia de especialistas. Bastaría con preguntar quién en el Congreso tiene un mayor compromiso personal con los temas a los que aludí antes. Si lo hay, será mi candidato. Mientras no lo haya, la congresista Supa está más que bien.

Ya tuvimos no sólo una comisión, sino todo un Congreso presidido por una supuestamente prestigiosa y sesuda especialista en estos temas, la doctora Martha Hildebrandt. Creo recordar que durante sus años como una de las cabezas más visibles de la dictadura de Fujimori fue cuando más se hizo para convertir al Perú en un país donde la educación se considera poco importante, el conocimiento es visto como decorativo y la intelectualidad es más una mácula que una virtud.

Yo, que también soy un académico, no veo mayor problema en que se dé esta oportunidad para que la Comisión de Educación del Congreso quede en manos de alguien que no entienda la educación como un adorno secundario, sino como un verdadero instrumento de progreso, de superación y de democratización. Algo en la vida de la congresista Hilaria Supa --algo en esa parte de su biografía donde dice "autodidacta"-- me dice que ella puede ser esa persona.

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8 comentarios:

Anónimo dijo...

Hace algún tiempo, Martha Chávez, como congresista, formó parte de la comisión de educación del Congreso. Cuando emitió su opinión al respecto, se quejó, aduciendo que a otros congresistas les permitían participar en las comisiones "importantes", como economía, y a ella solo en comisiones como la de educación.
Supongo que deberíamos considerar como positivo el hecho de que, actualmente, la comisión de educación concite el interés de tantos y tan buenos congresistas...

Anónimo dijo...

Deacuerdo, a ver si por fin la educación es para todos respetando su identidad cultural.
saludos,ep

Anónimo dijo...

Otra incongruencia es que habiendo un flamante Ministerio de Cultura, que tiene inciativa legislativa, no se ve la necesidad de una comision tan caudalosa y que, a la larga, sera intutil

Patricia De Souza dijo...

Excelente comentario, Gustavo.

Patricia De Souza dijo...

Excelente post, Gustavo.

Anónimo dijo...

No la pegues de bueno querièndote limpiar con tu post sobre El Averno. El gringo Mark Cox y Rendon ya te la cantaron clarito.

Pique dijo...

Gustavo, más allá de la controversia que pueda generar que la congresista Supa presida la Comisión de Educación, la misma es una pérdida de tiempo y tus deseos, casi diría, son absolutamente ingenuos. La congresista Supa no va hacer nada, pero no porque sea ella, simplemente porque nadie hace nada en serio en el Congreso. Así de simple.

Anónimo dijo...

Que bien que te guste Supa, ahora proponla para que en el 2011 pase a formar parte del Leon Pinelo y diseñe lineas educativas.